domingo, 8 de diciembre de 2013

BLUE JASMINE (o mis problemas con "La Claqueta" y su entorno)



Ser oyente de La claqueta en Zaragoza y pretender llevar al día un blog con comentarios sobre los estrenos es una actividad casi incompatible. Uno no puede ir el mismo viernes a toda la avalancha de películas que llegan semanalmente a las pantallas y el sábado por la mañana los miembros del programa ya han analizado con detalle todo lo que te planteas ver en los siguientes días.

Así que ahora no sé si tiene mucho sentido hablar de "Blue Jasmine", no solo porque haya pasado casi un mes desde su estreno, sino también porque los claqueteros ya la han desmenuzado con acierto.

Podría empezar diciendo que Woody Allen ha conseguido hace tiempo que reconozcas su autoría desde que se apagan las luces en la sala puesto que su sello es evidente ya en los títulos de crédito iniciales y la música que los acompaña; pero esto ya lo dijo Pepe Nieves.

Podría confesar que hace mucho que no he visto "Un tranvía llamado deseo" para disimular mi torpeza al no haber visto las similitudes con la obra de Williams; pero eso ya lo dijo Edmon Orts. Pero incluso después de haberme abierto los ojos con esta referencia se me generan muchas dudas ya que me parece que la impronta de Allen es tan poderosa que no me permite ver mucho más allá de sus propias auto-referencias; pero esto ya lo dijo Xavi Marín.

Podría hablar de que "Blue Jasmine" es un regreso al Woody Allen más adulto y desesperanzado que, aun cuando consigue arrancar alguna sonrisa, se muestra despiadado con sus personajes sobre los que vuelca toda su acidez; pero esto ya lo dijo Fausto Fernández.



Podría hablar de la evolución del personaje principal que se encuentra totalmente desplazado; pero eso ya lo dijo César Senabre, y también de sus posibilidades de recuperación en una sociedad tan actual que da miedo pensar que uno mismo podría aparecer por ahí pululando; pero esto ya lo dijo Margarita Chapatte.
 
Entonces pienso que puedo aportar cosas nuevas que no hayan dicho en el programa, pero me encuentro con la legión de seguidores que también me frena. Así, tras disfrutar con Bobby Cannavale, al que admiro desde su aparición en la tercera temporada de Boardwalk Empire, podría hablar de la estupenda dirección de actores que realiza Woody a pesar de que me parece que a algunos secundarios se les podría sacar más partido; pero esto ya lo dijo Guillermo Navarro. Incluso podría comentar que en esta ocasión las relaciones humanas habituales en el cine del director newyorkino están marcadas por la actual crisis económica; pero esto ya lo dijo María Rosa Cuadradas.

Podría elogiar la técnica narrativa empleada, esos flashbacks discontinuos que matizan la narración; pero esto ya lo dijo Alfonso Asín.
 
Aunque no fue así, podría inventarme que la película me defraudó porque me esperaba mucho más de este hombre, pero esto ya lo dijo Chema Hernández, así que prefiero mantener mi opinión de que esta es una de las mejores obras de Woody Allen en sus últimos años junto con "Midnight in Paris"; pero esto ya lo dijo Harry Callahan. Lo que pasa es que lo que a mí me hace calificarla con un 9 es la madurez y la seriedad de la que hablaba antes y aquí haría referencia a la perplejidad que me provocaron las carcajadas de determinados espectadores sin saber muy bien a cuento de qué venían; pero eso ya lo dijo Charle Ston.
 
Por todo esto he tenido que rebuscar y retorcerme el cerebro para encontrar algo que nadie ha comentado, ni sugerido, ni siquiera pensado y que va a ser lo que convierta este post en único y original: Cate Blanchett está inconmensurable y la veo firme candidata a los premios que amenazan con venir en las próximas semanas. ¡Ahí queda eso! ¡Soy un vidente!