jueves, 15 de enero de 2015

DIOS MIO, ¿PERO QUE TE HEMOS HECHO?






Algo parecido está pasando últimamente con el cine francés. Cada estreno viene precedido del aviso de que es la película más taquillera en Francia, el último gran éxito del cine francés, la comedia que más decibelios de carcajadas ha conseguido en su première y sentencias de este tipo que no dejan de ser un cebo para el espectador potencial.

Así nos acaba de llegar “Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?”, la película con mayor recaudación en la historia del cine francés, que se anunciaba igualmente como la comedia más delirante que jamás se hubiera hecho en el país vecino.

La película nos cuenta la historia de un matrimonio conservador y empieza presentando cómo tres de sus cuatro hijas se casan con un musulmán, un judío y un chino respectivamente, tratando así de dar continuidad a los éxitos de las recientes “Bienvenidos al Norte” o la propia “8 apellidos vascos” que juegan con el choque cultural y social como punto de partida para plantear situaciones cómicas. Sin embargo, así como las citadas películas funcionan a la perfección consiguiendo su objetivo, “Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?” resulta fallida y no tiene ningún mérito más allá de una buena propuesta argumental que su director y guionista, Philippe de Chauveron, no sabe desarrollar.

Las situaciones se presentan forzadas, no tienen ninguna gracia y Christian Clavier, lejos de asumir la responsabilid que le otorga su papel protagonista, se pasa todo el rato poniendo cara  del Millán de Martes y 13 comiendo empanadillas con la Encarna de Móstoles. Los diálogos son mediocres y los secundarios no tienen ningún glamour con un par de excepciones: la hija desequilibrada que interpreta Emilie Caen y el bombonazo de actriz que hace el papel de hija pequeña: Elodie Fontan.

En definitiva, cuatro sonrisas y una preciosidad se me antojan un escaso bagaje para la comedia más taquillera de todos los tiempos en Francia.

LO MEJOR: Elodie Fontan

LO PEOR: Desaprovechar una idea.

NOTA: 3

martes, 6 de enero de 2015

THE IMITATION GAME




A veces las cosas son mucho más sencillas de lo que queremos o pretendemos. Por eso Morten Tyldum, un director noruego que se dio a conocer internacionalmente con su tercer largometraje, "Headhunters", ha logrado una auténtica maravilla rodeándose de unos extraordinarios elementos que desgloso: una lograda ambientación de la época gracias al maquillaje, el vestuario y, realmente, todo un diseño de producción que te transporta hasta los años durante los que transcurre la acción; una impecable banda sonora compuesta por el prolífico Alexandre Desplat que huye de artificios para centrarse en acompañar a la historia; un magnífico encuadre visual obra del director de fotografía barcelonés, Oscar Faura, habitual en el cine de Bayona; un formidable montaje del oscarizado por Argo, William Goldenberg que viaja en el tiempo de una a otra etapa en la vida del protagonista sin complicaciones, sin aspavientos; una interpretación merecedora de cualquier premio a cargo del consagrado Benedict Cumberbatch que borda el personaje de Alan Turing en las dos épocas que le corresponde representar (la película narra también un episodio de su adolescencia con un Alex Lawther que consigue prolongar el trabajo del maestro Cumberbatch); unos secundarios brillantes entre los que destacan dos ilustres veteranos británicos: Mark Strong y Charles Dance. Y todo ello para trasladar a la pantalla un guión que narra con absoluta naturalidad y claridad una interesantísima historia que, a buen seguro, contribuyó a cambiar el curso de la Historia y que debe de servir como lección a una sociedad actual, hipócrita y ambiciosa por igual, que lleva tiempo cometiendo los mismos errores que antaño. 

Me gustaría evitar mencionar a Keira Knightley porque sin ser su peor actuación, es lo más flojo de este trabajo de 114 minutos que se pasan en un suspiro, que te reconcilia con el cine clásico y que resulta sumamente recomendable para todo tipo de público, sea o no conocedor de la vida de Alan Turing, el excéntrico matemático que trabajó durante la Segunda Guerra Mundial para tratar de descubrir el método de encriptación del famoso Código Enigma nazi.

LO MEJOR: El conjunto de soberbios elementos que componen la obra

LO PEOR: Keira Knightley

NOTA: 8´5



domingo, 21 de diciembre de 2014

MOMMY






Podéis ver mi opinión sobre Mommy en el prestigioso blog "Los lunes seriéfilos" pinchando en el enlace

http://www.loslunesseriefilos.com/2014/12/critica-mommy-2014-de-xavier-dolan.html



jueves, 18 de diciembre de 2014

LA SEÑORITA JULIA






Resulta de extrema dificultad trasladar una obra de teatro al cine. Ambas artes se encuentran muy próximas pero es obvio que hablamos de hábitats diferentes. Viene a ser como si sacas al pez afuera del agua. Tampoco es que sea ciencia ficción ya que, en sentido contrario, el hombre es capaz de sumergirse en el líquido elemento y moverse más o menos a sus anchas durante un buen rato. Películas basadas en obras de teatro ha habido cientos y las seguirá habiendo a pesar de sus complicaciones. Algunas de ellas se me antojan auténticas maravillas porque han sabido adaptarse al nuevo medio perfectamente, (ahí tenemos la reciente "Agosto" sin ir más lejos), pero la mayoría acaban por estrellarse y terminan por pedir a gritos el regreso a su medio natural. 

La veterana actriz y directora Liv Ullmann se ha atrevido con la enésima adaptación de la conocida obra de Johan August Strindberg, "Miss Julie", que nos cuenta la relación entre una noble y un criado durante la noche de San Juan.

Como gran parte de la obra de Strindberg, esta pieza es dramática hasta el extremo, con unos personajes atormentados que rebosan pasiones excesivas en cada palabra, en cada sentimiento y en cada silencio utilizado para mostrarnos su complejo mundo interior.

Colin Farrell y Jessica Chastain, muy bien acompañados por Samantha Morton, componen una extraordinaria pareja protagonista que en ocasiones recuerdan a Richard Burton y Elizabeth Taylor interpretando los caracteres del también dramaturgo Tennesse Williams. La dirección de Liv Ullmann se muestra experta y acertada. La producción es de calidad con unos vestuarios muy logrados y una escenografía cerrada que no agobia y que recoge con fidelidad la Irlanda de finales del XIX. Pero los diálogos y soliloquios de los personajes, (que abordan temas tan universales como la diferencia de clases, la fidelidad, la muerte, la religión o el respeto), buscan desesperadamente el patio de butacas a rebosar, las toses contenidas, los aplausos en vivo, en definitiva, el calor y la proximidad del teatro, y al encontrarse con la pantalla por barrera y las palomitas crujiendo sin pudor en una sala casi vacía, se convierten en algunos momentos en grotescas excentricidades que provocan un desborde de sentimientos que resulta excesivo por demás.

LO MEJOR.- Unos soberbios Colin Farrell y, sobre todo, Jessica Chastain
LO PEOR.- El texto está fuera de su hábitat natural
NOTA.- 6

domingo, 7 de diciembre de 2014

MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA





























Ya he comentado alguna vez que resulta muy complicado hacer un comentario sobre una película y que no resulte repetitivo dada la gran cantidad de opiniones que inundan las diferentes redes sociales. Por eso, apenas han pasado 48 horas desde el estreno de la última película de Woody Allen pero las ideas están muy claras. Para empezar hay que tener en cuenta lo que dijo Margarita Chapatte en cuanto a que cualquier película mala de Woody Allen es muy superior a la media de lo que nos encontramos a diario en la cartelera. Es verdad, como dice Harry Callahan que "Magia a la luz de la luna es solo un cuentecito que ideó Allen para pasar unas vacaciones en la Provenza, pero eso de que te sientes en la butaca y con el primer fotograma, aún más, con el primer acorde musical de la Banda Sonora, tengas la certeza absoluta de que estás viendo un trabajo de Woody Allen y te sumerjas en su universo, resulta sumamente placentero y reconfortante con independencia del nivel de satisfacción posterior.


La película tiene un arranque soberbio y hace presagiar que nos vamos a deleitar con otra obra maestra del genial autor neoyorquino, pero de repente, como si de un corredor de maratones se tratara, al director le da la clásica "pedrada", se para y termina la película andando para dejar cierto sabor agridulce que no impide que, como dice José Antonio Alarcón, salgas muy feliz del cine cuando se encienden las luces.


Colin Firth y Emma Stone están correctos en sus trabajos si bien se ven superados a nivel interpretativo por unos secundarios de lujo cuyos personajes piden a gritos mayor protagonismo, más y mejores diálogos, en definitiva, más minutos en pantalla. Pero la banda sonora, la fotografía, el planteamiento de la historia, el escenario donde se desarrolla y, como reseña Guillermo Navarro, el impresionante vestuario de la asturiana Sonia Grande, que bien pudiera ser reconocido con una nominación, hacen que merezca la pena el visionado de esta película.


Anton Sagarra sostiene una teoría que suscribo plenamente. Un partido amistoso de futbol entre España e Irán no merece la pena verlo ni aunque se dispute en horario de máxima audiencia; pero millones de aficionados nos levantaríamos a las cuatro de la madrugada para presenciar un España-Irán de la primera fase de un mundial. Pues bien; cualquier estreno de Woody Allen es como un partido oficial de la selección y como dirían mis hijas y la mayoría de chavales de su generación, "hay que verlo no, lo siguiente", que no sé muy bien lo que es pero me apetecía decirlo alguna vez.



sábado, 30 de agosto de 2014

LUCY



Es un placer seguir colaborando una temporada más con el premiado blog de los lunes seriéfilos. En esta ocasión hablamos de "Lucy", la última película de Luc Besson con Scarlett Johansson como protagonista absoluta. Pinchad aquí para leer el comentario completo.

http://www.loslunesseriefilos.com/2014/08/critica-lucy-2014-de-luc-besson.html