Hay películas que gustan más o menos, que te tocan la fibra o te resbalan, que te hacen reír o que te aburren. Hay películas, en definitiva, que te gustan mucho, poco o nada. Pero hay películas que cuando las ves tienes claro que la hubieras hecho tú si hubieras tenido la posibilidad y el talento. "La gran familia española" es una de esas películas. Durante los últimos meses he visto grandes trabajos, pero hacía mucho tiempo que no me encontraba ante una matrícula de honor y con "La gran familia española" he tenido esa sensación. Daniel Sánchez Arévalo, director y sobre todo guionista de "Azul oscuro casi negro", "Gordos", "Primos" y "La gran familia española", roza la perfección con este su último trabajo. Estamos ante una película que tiene pinceladas de las mejores comedias como "Historias de Filadelfia" y "El guateque", que te hace llorar como cuando descubres verdades escondidas en "Tu y yo", que te hace pensar en el amor, en la vida que has elegido vivir, en lo que supone la familia para ti, en la relatividad de los problemas. La historia que nos cuenta esta película es brillante: compleja pero permitiendo identificarte con muchos personajes; divertida sin caer en lo trivial; dramática sin resultar epatante. Los actores están todos magníficos. Sin excepción. Desde los consagrados como Antonio de la Torre, Héctor Colomé y Quim Gutiérrez hasta los noveles como Patrick Criado, Sandra Martín y Arantxa Martí, pasando por una excelente Verónica Echegui o un sorprendente Roberto Alamo que cambia radicalmente de registro al interpretar una especie de Forrest Gump muy resultón. Y eso se debe no solo a que nos encontramos ante grandes actores, sino también a que los personajes que crea Daniel Sánchez Arévalo son de una riqueza dentro de la habitualidad que hace que te enamores de todos ellos. Unas horas antes había visto "15 años y un día", la película española que ha sido elegida para representar a España en los Oscars de Hollywood y me pareció tan correcta como floja y carente de rasmia, por lo cual la decisión de la academia española me sorprendió. Hoy, tras el éxtasis provocado por el pase de "La gran familia española", la sorpresa se ha convertido en indignación. Siempre trato de entender las decisiones de la academia aunque no esté de acuerdo con ellas. Me parecería muy prepotente por mi parte. Pero en esta ocasión no sé por dónde cogerlo porque la película de Sánchez Arévalo me ha parecido un 10 y, por lo tanto, no elegirla como nuestra representante, un craso error. Un desperdicio.
lunes, 30 de septiembre de 2013
LA GRAN FAMILIA ESPAÑOLA
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A mí también me ha gustado. Creo que Sánchez Arévalo sabe llegar al espectador sin parecer sentimental a pesar de los emotivos discursos que suele introducir en sus películas. Respecto a la decisión de la Academia sólo se me ocurre como homenaje encubierto al fallecido productor Elías Querejeta, ésta fue su última película.
ResponderEliminarPuede ser, Sergio. Pero se me ocurren mejores formas de homenajear al Sr. Querejeta que enviarla a los pies de los caballos
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