miércoles, 13 de noviembre de 2013

¡VIVA CACERES!

 
 
 
El 10 de mayo de 1995 en torno a las 11 de la noche Nayim soltó un zapatazo desde el centro del campo que pilló adelantado a Seaman y provocó el delirio de toda la afición zaragocista desplazada a Paris. El Real Zaragoza se proclamaba Campeón de la Recopa y ese gol pasaría a la historia como uno de los más grandes, no solo por cómo se marcó, sino por el minuto, por lo que supuso para el equipo maño y por lo que el tiempo ha determinado que sea. Sin embargo, ese título tiene detrás una larga historia más allá de ese golazo. Ese título nos recuerda a un Zaragoza que convirtió la Romareda en un fortín durante toda la temporada liguera anterior; nos recuerda una larga Copa del Rey que culminaba en el Vicente Calderón con una tanda de penalties ante el Celta que finiquitaba Higuera con un certero zapatazo tras la parada de Cedrún al lanzamiento de Alejo; nos recuerda a un Feyenord, a un Chelsea y por supuesto, a un Arsenal que sucumbieron ante la garra de nuestros leones; y nos recuerda una alineación que casi todos somos capaces de repetir de memoria: Cedrún, Belsué, Cáceres, Aguado, Solana, Aragón, Nayim, Poyet, Pardeza, Higuera y Esnáider. Juanmi, García Sanjuán, Loreto, Darío Franco, Geli y Gay ayudando desde el banquillo. Una plantilla inolvidable. Mañana miércoles en la Romareda la mayoría de ellos se reúne para disputar un amistoso contra el actual equipo con el fin de recaudar fondos e intentar homenajear a uno de los héroes del 95, Fernando Cáceres, que en la madrugada del 1 de noviembre de 2009 sufrió un atraco como consecuencia del cual recibió varios disparos, uno de ellos en el ojo, que le hicieron perder el mismo y debatirse durante varias semanas entre la vida y la muerte. Mañana va a ser un día emotivo. Mañana el zaragocismo recordará tiempos mejores, pero, sobre todo, mañana esta ciudad tiene que demostrar su agradecimiento y su cariño a una extraordinaria persona y a un gran profesional que dio muchas tardes de gloria a este equipo y que el 10 de mayo de 1995 levantó la copa que nos hizo vibrar a todos. Gracias, Fernando. Todos esperamos que te recuperes completamente. Y por encima de todo, todos queremos que sepas que Zaragoza no te olvida. ¡Animo, negro!

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