miércoles, 5 de junio de 2013

HISTORIAS CRUZADAS

Confieso mi debilidad por las películas corales en las que se van entremezclando historias y personajes hasta culminar en un final orquestado. En 1932 "Gran Hotel" se convirtió en la precursora de este subgénero, pero fue a partir de la década de los 90 cuando surgieron los productos más relevantes: "Pulp fiction", "Love actually", "Smoke", "Traffic", "Crash" y, sobre todo, los diferentes trabajos de dos especialistas, Robert Altman ("Vidas cruzadas", "Gosford Park) y Alejandro González Iñarritu ("Amores perros", "21 gramos" y "Babel") este último formando equipo con Guillermo Arriaga.
Ahora ha llegado a las pantallas "360. Juego de destinos", adaptación de una novela de 1900 que ya fue llevada al cine por Max Ophuls en 1950 y que arranca con una sesión fotográfica de una desesperada joven eslovaca que quiere figurar en un puesto destacado de una página de contactos. A partir de ahí empiezan a sumarse personajes e historias que van dando la vuelta al mundo hasta completar, como era de esperar, los 360 grados del título.
Anthony Hopkins, Jude Law, Rachel Weisz y Ben Foster están brillantes, pero no consiguen elevar a la categoría de obra maestra una película cuyo guión pierde ritmo en determinados momentos, algo imperdonable en este tipo de cine. Dirigida por Fernando Meirelles ("El jardinero fiel" y "Ciudad de Dios", entre otras"), "360. Juego de destinos" es, con todo, una película que merece la pena ver, siempre y cuando se hayan disfrutado todas y cada una de las películas mencionadas en este artículo.

2 comentarios :

  1. Creo que problema no es sólo que le falte ritmo al guión, que le falta, sino que también echo de menos algo de pasión. Todas las historias de la película, al igual que la novela en la que se basa, o la película de Max Ophuls, tienen como eje central el amor, tanto en su vertiente más espiritual como en la más carnal, el placer. Y todas ellas las veo asépticas y frías, podrían desarrollarse en el interior de un hospital. Probablemente esa haya sido la intención de Fernando Meirelles, fotografiando ciudades y arquitecturas grises, lluviosos, fríos, pero no sé si es la opción más acertada.

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  2. El autor se ha olvidado de Magnolia como película ejemplo de historia de historias cruzadas...Aunque conociendo su animadversión hacia la obra de PT Anderson lo entiendo...;-)

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